Petra Mater
- Bosoletti (Francisco Bosoletti)
Una mujer flota en la luz de la Luna.
Su camino ha sido hecho de Piedras.
En sus ojos se convirtieron en Estrellas.
Debajo de sus pies ahora brillan.
Con las manos acoge, con los cabellos acaricia, con la espalda sostiene.
Barco que salva, concha que nutre la vida.
Desnuda, inmutable, duradera Piedra.
——————————
En las montañas de Galicia son muchas las piedras que se cree poseen virtudes milagrosas, como evidencia de cultos indígenas de orígenes preceltas, a menudo vinculados a los ritos de fertilidad.
La Ermita de San Guillerme de Fisterra y el Monte Pindo se encuentran entre los lugares más famosos y de auténtica eficacia.
Las piedras de Muxía y la Barca de la Virgen están conectadas con la historia de Santiago pero anterior a esto con la de San Andrés y originalmente con las culturas primitivas que atribuían a las rocas propiedades milagrosas en virtud de su dureza, aspereza y permanencia: la piedra que permanece siempre ella misma, tiene poder en el golpear y perdura en el eterno, revelando la divinidad que trascende la precariedad de la existencia humana.
En estas tierras, que los antiguos creían el límite infranqueble del mundo habitado, tuvo lugar el tránsito de las almas a las islas de los benditos. Los navegantes mitológicos y los santos cristianos se alternaron a tiempo para guiar a los peregrinos en este camino marcado por las piedras en la tierra y por la Vía Láctea en el cielo, conectando humano y divino.
En Carballo, ciudad célebre también por sus prodigiosas aguas termales que proporcionan curación, hay una roca en la que las mujeres que tienen dificultades para dar la luz se estiran para bañarse con la luz de la luna. En el dolmen de Piedra Mora, ubicado en la zona de Aldemunde y quizás desde el año 3500 la.C., es uno de los más extensos de toda Galicia.
“Petra Mater” es la imagen de una mujer suspendida entre el cielo y la tierra, vista desde la luna, desnuda como la piedra.